El cielo de Holanda
El cielo de Holanda
es un pobre cielo,
esclavo,
lleno de límites,
tapizado de manchas.
Cicatrices pasajeras
de blanco venenoso
lo hieren y se borran
en todas las direcciones.
Cables y torres
rebanan y perforan
su color enfermo.
Construcciones y agujas
pinchan su tersura
inexistente.
Vapores,
vahos blancuzcos,
mancillan tonos
ya desaparecidos.
Las estrellas luchan
y desaparecen
como visión con cataratas,
capa tras capa
impenetrable y borrosa
de monóxidos,
dióxidos y sulfuros.
Sin embargo,
Los enamorados
Se acarician y abrazan,
arropados
bajo el cielo de Holanda.
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